¿Soy mujer?

Nueve meses de embarazo y, nueve meses de recién estrenada maternidad después, aquí me planto con esta pregunta. No es que yo haya sido muy presumida nunca ni me encantara «emperifollarme» antes de ser mamá pero, estos días me estoy dando cuenta de que me tengo muy, muy, muy abandonada. ¿Por que? Tal vez sea el cansancio, los nervios, el no parar, el no dormir… Que se yo, tal vez que no me veo NADA atractiva. 

Esta noche he quedado con las chicas, todas ellas mamás, todas estupendas y yo, no se que ponerme ni como peinarme. No es que sea una noche especial, pero me gustaría mirarme al espejo, como solía hacer antes, y decirme: estás tremenda maja. Nunca he sido de faldas y tacones pero, de vez en cuando, a todas nos apetece salir con esa sensación de comernos el mundo y sentirnos las mas bellas del baile ¿no? 

Hace meses que no me depilo (esto es así). A mi favor digo que no tengo apenas pelo en las piernas y podría ir a la playa tal como estoy y solo los que se acercaran mucho verían mis peletes. No he visitado la peluquería desde Febrero del año pasado. No tengo tantas canas como para teñirme pero si las suficientes como para vérmelas cada mañana. Además, todo el pelo que se me cayó en verano me está renaciendo y se me ve una especie de flequillo ridículo de pelusilla que no hay forma humana de peinar. Apenas me maquillo, la única vez que lo he hecho, me he visto ridícula en vez de guapa. No he vuelto a usar lentillas. Mis ojeras me hacen parecer enferma a veces. Tengo las manos destrozadas del frío con los dichosos sabañones. Llevo 3 meses intentando comprar unos zapatos, pero creo que salgo gustándome tan poco, que no encuentro ningunos que me queden bien.

Mi cuerpo ha cambiado. No estoy más gorda, pero si más flácida. Los pechos desinflados, la piel más seca, la tripa blandengue… ¡Y no es que pueda quejarme! Hay otras mamis que cuentan cosas mil veces peores, pero es que no me gusto. Después están las que dicen eso de «que quieres, has sido madre, es lo que hay«, pues ¡no! Yo quiero ser mami y sentirme guapa… Tampoco es que yo tuviera un cuerpo de infarto, eh… Que era de lo más normal del mundo: con mis michelines y mi celulitis, pero salía con seguridad de mi casa, siempre pisando fuerte, ya fuera con bambas o con zapatos.

En fin… que ya se que ser mujer no es solo ponernos guapas, pero ahora mismo necesito una transfusión de autoestima porque entre trabajo, papillas, baños y pañales no tengo tiempo de mimarme y gustarme.

Y vosotras… ¿también os habéis sentido orcos en algún momento de esta aventura?